Asegúrese mediante un testamento, que sus bienes más preciados terminen en buenas manos
Darle un destino específico y deseado a los bienes acumulados a lo largo de la vida, es el fin primordial del testamento, el cual refleja la última voluntad de una persona para ser puesta en acción tras su fallecimiento.
“El testamento es la herramienta más segura para distribuir dinero, propiedades, negocios, objetos, vehículos, etc. ya sea entre familiares, amigos o allegados. Su importancia radica es que las cosas lleguen a las personas que usted quiere”, señala Arturo Blanco, socio senior de Jurex Law.
El sistema legal costarricense trata el tema de las sucesiones (destino que reciben los bienes de una persona fallecida) por medio de los testamentos abiertos y los testamentos cerrados.
El testamento abierto es el medio más eficaz para legar
El testamento abierto se trata de la mejor opción para declarar a quién se le heredan los bienes en general y los específicos; por ejemplo, determinar que una pintura sea entregada directamente a un amigo cercano.
Un testamento abierto que se apegue a las leyes costarricenses tiene que elaborarse bajo ciertos lineamientos:
- Se prepara ante un notario y tres testigos
- Es redactado en escritura pública
- Indica si incluye la distribución de la totalidad de los bienes o sólo parte de estos; si se están legando bienes específicos; quiénes son los herederos y qué recibe cada uno
- Aclara a quién eligió la persona para ser el albacea o encargado de administrar los bienes hasta que lleguen al destino final que les dio (los herederos). En caso de no seleccionar directamente al albacea, el dueño del testamento igualmente tiene que indicarlo
- El testamento también puede especificar qué pasa si un heredero no cumple con ciertos parámetros (cuidar a un familiar, estudiar, graduarse a cierta edad, etc.)
- Una vez redactado y firmado por todas las partes, el testamento original se envía al Archivo Nacional para su custodia
Testamento cerrado: escrito directamente por su dueño
El testamento cerrado lo elabora la persona, normalmente, de su puño y letra. Entre sus características se encuentran:
- Una vez redactado, lo coloca en un sobre ante la presencia de un notario
- El notario se encarga de ponerle un sello de lacre (cera especial) al sobre para que no pueda ser abierto si no es en presencia de un juez, para evitar así que el documento sea manipulado por terceros
A diferencia del testamento abierto que descansa en el Archivo Nacional hasta ser necesitado, el testamento cerrado puede perderse entre las pertenencias de su dueño y con ello se esfuma su iniciativa de legar los bienes a su gusto.
Recuerde que lo más importante es que usted mantenga una reunión con su abogado, para que su testamento responda a sus necesidades y deseos, y no que sea al revés y se imponga una decisión.
¿Desea saber qué sucede cuando una persona fallece sin haber dejado un testamento? y, en ese caso, ¿cuáles familiares se ubican en lo más alto de la cadena sucesoria?, lo invitamos a estar pendiente de nuestro blog pues ese será nuestro próximo tema a tratar